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Perdonar no es una derrota si no una victoria. Cuando se callen las armas, volveremos a sonreír
Publicado por Larga vida a las mariposas
A las 14:30
[Con Cero Comentarios]
Reproducimos este escrito de una
prisionera política de guerra, reflexiones en medio de un país que se
prepara para la paz. Agradecemos difusión.
Perdonar no es una derrota si no una victoria. Cuando se callen las armas, volveremos a sonreír
Reflexiones de una prisionera política de guerra
El
tema en periódicos, noticieros radiales y televisión es el Proceso de
Paz con las FARC-EP. Titulares en mayúsculas y de primera plana. Todo un
despliegue periodístico, con editoriales, panelistas, invitados. Todos
opinan, todos piden a gritos lo mismo:
“¡Que la insurgencia se desmovilice!”
“Que entregue las armas”
“Que liberen los secuestrados”
“Que reparen las víctimas”
Y bla, bla, bla…
Sin
embargo, cuando se trata de un trato humanizado y beneficios para los
integrantes de nuestra organización insurgente, todos gritan al unísono:
“¡A la cárcel!”
Mi pregunta es ¿la cárcel es la solución?
¿Cuántos muertos han resucitado por tener al homicida condenado a cadena perpetua?
¿Acaso la cárcel cambia a las personas?
La
sociedad quiere tapar el sol con las manos pensando que la solución a
tantos años de dolor de una patria se soluciona llenando cárceles con
personas, pero al fin de cuentas nosotros también somos víctimas:
Llevo
7 años privada de mi libertad y el mundo sigue igual. La única
diferencia es que mis hijos han crecido y ahora son ellos las víctimas.
Sí. Víctimas.
Yo
al fin de cuentas sé lo que hice y lo que estoy pagando, pero ellos no
entienden por qué están solos y a la deriva. No tienen un hogar, una
familia y están expuestos a cualquier cosa, como drogas y otras cosas
que los incitan a la delincuencia. ¿Y qué?
La sociedad no se pregunta por qué, por qué están delinquiendo. No! Simplemente los tilda de delincuentes y ya.
Esa
es la hipocresía y la doble moral de la sociedad, que juzga sin
preguntarse por qué. Esa es la historia generalizada de todos los
reclusos y reclusas del país.
Sin embargo, siguen diciendo ¡más cárceles!
Ahora, por otro lado. ¿Quién sostiene las cárceles?
Pues los ciudadanos que pagan impuestos.
Los
colombianos son tan incapaces de ver más allá de lo que grita Uribe y
unos pocos cínicos, para darse cuenta que no quieren la paz es porque la
guerra les da más plata. Eso por un lado, y por el otro porque si van a
exigir “la verdad” saben que tienen rabo de paja y salen quemados.
Los
periodistas son más terroristas que Bin Laden. A todo le meten
petardos. De todo hacen una alharaca, como si no hubieran sido testigos
de las atrocidades de la guerra.
Las
juventudes sufren de amnesia o nunca han visto la realidad, solo saben
escribir en un twitter sin más ni más, que son olas de un mar que no
tiene límites ni fondo y se llama ignorancia.
No hacen otra cosa que dar opiniones por lo que dijo alguien en un “hashtag”, sin investigar ni nada.
Así
las cosas, aunque las FARC-EP entreguen las armas, mientras la sociedad
colombiana no baje las pistolas, ¿para dónde vamos? ¿Cuál paz, si salen
los exguerrilleros y en lugar de oportunidades encuentran solo rechazo?
¿Dónde está el futuro de paz?
Todos tenemos que sacrificar algo. La patria ya tiene demasiados muertos! No queremos más!
Pero si la sociedad no baja las armas, ¿por qué exigen que nosotros sí lo hagamos sin ninguna contraprestación?
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